Mi hijo se ha roto un hueso ¿Qué hago?
Las caídas y golpes que dan lugar a las fracturas de huesos, son habituales durante la infancia, por si esto le ocurre a su niño/a le contamos cómo debe actuar.
La palabra ‘’fractura’’ puede sonar muy grave en primera instancia, pero como debe usted recordar por su propia niñez, es muy común. De hecho, se estima que un 75% de niños llevará escayola alguna vez en su vida1, entonces si su hijo/a sufre un accidente de este tipo, lo primero que debe tener en mente es la tranquilidad y la calma.
Tanto en niños y adultos, los huesos son los órganos más resistentes que se poseen, pero como cualquier otra cosa fuerte, éstos también pueden romperse. No obstante, no es lo mismo que un niño de 5 años sufra una fractura a que una persona de 30 años.
En referencia al tema, el Dr. Cortés señala que: ‘’Una de las más notables diferencias entre los huesos de los niños y los de los adultos estriba en el perióstio (capa nutricia de los huesos, donde se insertan los músculos y tendones), que es más grueso y resistente en los niños; lo que propicia que toleren más las molestias de una fractura a diferencia de los adultos’’2.
Es decir, que los huesos jóvenes son más fuertes y flexibles, permitiéndoles digerir mejor los golpes. Es por ello que raras veces, las fracturas en los niños necesitan reparación por medio de cirugía. Habitualmente, sólo se requiere inmovilizarlas mediante la aplicación de un yeso moldeado.
¿Cómo sé si es fractura?
No es fácil reconocer cuando un hueso se ha roto, especialmente si el niño es muy pequeño y no puede describir lo que siente. Generalmente los síntomas más corrientes son:
- Extremidad o articulación visiblemente fuera de lugar o deformada.
- Hinchazón, hematoma o sangrado.
- Dolor intenso.
- Entumecimiento y hormigueo.
- Ruptura de la piel con el hueso que protruye.
- Movimiento limitado o incapacidad para mover una extremidad
Pasos a seguir
- A pesar de que el niño/a no pare de quejarse, recuerde en primer lugar guardar la calma, acto seguido improvise una manera de inmovilizar el miembro afectado, puede ser con un periódico enrollado o tablillas de madera.
- Si su hijo se fracturó la pierna, la espalda, el cuello o usted no reconoce cuál es hueso que se ha roto, no intente movilizarlo, llame a urgencias y espere a que un médico llegue al lugar.
- Sólo si el niño es mayor, puede usar una toalla o compresa fría sobre la lesión para reducir el dolor. El frío extremo puede producir lesiones a la delicada piel de los bebés y niños pequeños, así que no use hielo con un niño tan pequeño4.
- No le de al niño nada de beber ni para aliviar el dolor sin consultar a un profesional.
- Recurra al centro médico más cercano.
¿Qué hará el médico?
Para dar un correcto tratamiento profesional, el médico necesitará reconocer el tipo de fractura, por lo que ordenará la realización de un estudio de Rayos X en el o los miembros afectados.
Fracturas más comunes en niños
- Fractura de antebrazo y codo: son las más frecuentes en la infancia por caídas sobre la mano.
- Fractura de tobillo y tibia: puede presentarse al torcerse o doblarse el pie hacia arriba. Frecuentemente ocurren como consecuencia de una caída, un golpe, un accidente o la práctica de algún deporte.
- Fractura de húmero: puede producirse en recién nacidos por un parto dificultoso. También la pueden presentar niños mayores por un golpe muy fuerte.
- Fractura de clavícula: puede producirse durante el parto, especialmente en niños de gran tamaño o partos difíciles. Se resuelven sin secuelas. También se puede dar en los niños mayores por un golpe fuerte en el hombro5.
¿Escayola o férula?
Luego de reconocer que tipo de fractura ha sufrido el niño, el médico procederá a la aplicación de una férula o una escayola, dependiendo de la complejidad de la ruptura del hueso. Si la fractura es pequeña se colocará una férula, que es un dispositivo de yeso, tela o plástico que se fija con esparadrapos y se ocupa de inmovilizar el miembro afectado. En cambio, la escayola, no rodea toda la zona cercana al hueso roto, sino sólo la parte necesaria para que el miembro descanse, por lo que resulta bastante menos aparatosa6.
El cuidado posterior
Para lograr un recuperamiento sano y efectivo, le compartimos las siguientes recomendaciones:
- Sea atento a la aplicación y el estado del yeso, especialmente las primeras horas.
Revise que no haya hinchazón en los extremos, ni que aparezcan zonas frías o palidez de la piel. - No permita que el niño/a se introduzca objetos de rascado, que podrían provocarle erosiones o reacciones alérgicas en la piel.
- Manténgale seco el yeso. La humedad puede ablandarlo y restarle eficacia. Durante el baño colóquele una bolsa de plástico para protegerlo1.
Reflexión
Que su niño sea dinámico y activo es altamente positivo para su crecimiento y desarrollo, sin embargo, esto aumenta más el riesgo de sufrir accidentes como los referidos en este artículo.
Es casi imposible mantener bajo supervisión todas las actividades que realicen los niños, pero se pueden tomar medidas preventivas como evaluar los pros y los contras de cada juguete que se les obsequia, por ejemplo las patinetas, patines, bicicletas, entre otros; así como también, tener a la mano un botiquín de primeros auxilios, los números de teléfonos de emergencia, y por supuesto el asegurarse de sumarle a los regalos, los elementos protectores, como el casco, las coderas y las rodilleras.
———————————–
Referencias electrónicas:
- ¡Mi hijo se ha roto un hueso! guiadelnino.com Consultado el [27/09/2016].
- Mi hija se cayó y no mueve su brazo. mipediatra.com Consultado el [27/09/2016].
- www.medlineplus.gov Consultado el [27/09/2016].
- Niños y huesos rotos. healthychildren.org Consultado el [28/09/2016].
- Fracturas de huesos en los niños. bebesymas.com Consultado el [28/09/2016].
- ¿Tu hijo se ha roto un hueso? crecerfeliz.es Consultado el [28/09/2016].